Los opioides, también llamados narcóticos, provienen del opio que se obtiene de la vaina de la planta Papaver somniferum. Son drogas derivadas de opio, semisintetizadas o sintetizadas por el hombre, e incluso compuestos endógenos que se enlazan a receptores de opioides localizados en el Sistema Nervioso Central (SNC), el tracto digestivo y tejidos periferales. En medicina, se clasifican y utilizan como analgésicos que provocan el sueño y tratan el dolor (agudo severo, crónico y causado por cáncer). Los opioides prescritos son justificados y eficaces si se administran correctamente. No obstante, a menudo se consiguen ilegalmente. En caso de desarreglos o mal uso, los opioides poseen un potencial de abuso que podría desembocar en la drogodependencia, adicción, sobredosis y posiblemente, muerte.
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